lunes, octubre 30, 2006

EL MIAJÓN DE LOS CASTÚOS

En nuestra querida Extremadura se habla un idioma denominado CASTÚO (caghtúo), cuyo máximo exponente literario es LUIS CHAMIZO, autor de esta rapsodia denominada "La Experiencia":
"Ven p'acá hija mía
que yo soy ya vieja
y ya di ese paso que tú das agora
y viví esa vida que llamamos güena,
y estrujé mis ojos pa secame el llanto,
que a juerza de llanto m'entró la experiencia. (..)
(..)Ascucha hija mía,
y no t'encapriches con tu comenencia,
que la vida es corta,
mu corta y mu güena
pa los que vivimos de nuestro trebajo
y estamos contentos con nuestra pobreza".
Pues eso...

A mi querido ADJUNTO

LAS PROFESIONES

El pasado sábado, D., mi compañero de bufete acudió al tanatorio de turno para dar el pésame por el fallecimiento del abuelo de una amiga.
Contaba con oficiar los saludos de turno, aplicar un par de veces el "no somos nadie" y, tras los veinte minutos de rigor, ir a disfrutar de la tarde-noche en compañía de su pareja.
Sin saber cómo, se vio rodeado por todos los familiares del finado analizando las cláusulas de la póliza funeraria que aquél había contratado y discutiendo con la comercial del Santo Entierro la aplicación, vigencia y validez de unas condiciones o de otras.
Dos horas y media después de su llegada al mortuorio, se dirigió al cine donde por poco no llega a la sesión planeada desde un principio.
Por lo menos la película de Martin Scorsese, "Infiltrados", mereció la pena.

EL DESCUBRIMIENTO

He estado todo este mes padeciendo un virus catarral que me ha impedido hacer cualquier tipo de ejercicio (correr, bici, nadar...).
Una tos tipo garrapata se ha instalado, muy cómodamente, en mis bronquios.
El pasado viernes tuve la ocasión de pasar por delante de un herbolario y las píldoras cuyo contenido es una mezcla de propóleo y equinácea están logrando que me encuentre bastante mejor.
Para la próxima vez comenzaré a tomar este brebaje a inicios del mes de septiembre.

viernes, octubre 27, 2006

HOTEL DEL OSO

Tras una larga caminata rodeado de montañas y un paisaje maravilloso, desciendes por el teleférico de vértigo.
Vuelves a pisar tierra, te encuentras en Fuente De.
El recorrido en coche hasta llegar a Cosgaya no es muy largo. Una vez allí conviene dirigirse al "Hotel del Oso". Dos mastines te reciben a la entrada, están tumbados y, a modo de saludo, levantan una ceja y esbozan un gesto que se hace entender como una leve sonrisa.
Una vez dentro, lo mejor es tomárselo con calma, no por el servicio que es excelente, sino por la cantidad y calidad de la comida que te sirven.
Mi experiencia fue un chuletón de buey cuyo tamaño excedía el de la bandeja en que te lo sirven y de un grosor que sobrepasaba los tres centímetros.
En la mesa de al lado un grupo de sevillanos haciéndose fotos con un hermano gemelo del que yo iba a comenzar a devorar, pausadamente, previo remango de la camisa.
Todo ello acompañado por sus patatas fritas caseras y por un buen rioja.
He de reconocer que al final sobró una décima parte del excelente manjar. El hueco justo para degustar uno de los excelentes postres con que este restaurante cuenta en su carta.
A la salida noté cómo los mastines me daban las gracias por esa décima parte sobrante y así comprendí el porqué de su sonrisa.
Por cierto, conviene reservar. Tfno: 942 73 30 18

miércoles, octubre 25, 2006

Es la primera vez que escribo en un blog. Interesante cuestion poder exteriorizar estados de animo, curiosidades, anecdotas........